miércoles, 28 de diciembre de 2022

De Egipto llamé a mi hijo...

 Santos Inocentes

El Hijo de Dios también tuvo que “emigrar”. Él también sufrió la persecución y tuvo que dejarlo todo por salvar su vida. ¿Cuántos niños hoy son víctimas de las mismas atrocidades! ¡Cuántas miradas se giran hacia otro lado desde el lado rico! ¡Cuánto prejuicio y cuánto odio se ha sembrado frente a tanto inocente!


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Mt 2,13-18

Cuando se retiraron los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:

«Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».

José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta:

«De Egipto llamé a mi hijo».

Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos.

Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías:

«Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes;

es Raquel que llora por sus hijos

y rehúsa el consuelo, porque ya no viven».

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