San Juan de la Cruz
Miércoles de la III Semana de Adviento
Las dudas de Juan son también nuestras dudas. Dudas entendibles y no ajenas a nuestra naturaleza humana y a nuestra experiencia de fe. Pero la duda nos hace avanzar, crecer y madurar. Y tras la duda el testimonio.
Lc 7,19-33
En aquel tiempo, Juan, llamando a dos de sus discípulos, los envió al Señor diciendo:
«¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?».
Los hombres se presentaron ante él y le dijeron:
«Juan el Bautista nos ha mandado a ti para decirte: “¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?”».
En aquella hora Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista.
Y respondiendo, les dijo:
«Id y anunciad a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan, los pobres son evangelizados. Y ¡bienaventurado el que no se escandalice de mí!».
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