martes, 4 de junio de 2024

¿Por qué me tentáis?

Martes de la IX Semana del Tiempo Ordinario

Ante la incomodidad de las palabras de Jesús, el judaísmo oficial bueca encontrar en él un punto débil, un talón de Aquiles donde asestar el golpe al mensaje que anuncia. Se les escapa un pequeño detalle. La coherencia que Jesús mantiene no es la coherencia que buscamos los humanos y que mayoritariamente rompemos con nuestras propias contradicciones, debilidades o pecados. La coherencia de Dios se asienta en el amor y esas raíces no se secan fácilmente.


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Mc 12,13-17

En aquel tiempo, enviaron a Jesús algunos de los fariseos y de los herodianos, para cazarlo con una pregunta.

Se acercaron y le dijeron:

«Maestro, sabemos que eres veraz y no te preocupa lo que digan; porque no te fijas en apariencias, sino que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?».

Adivinando su hipocresía, les replicó:

«¿Por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea».

Se lo trajeron. Y él les preguntó:

«¿De quién es esta imagen y esta inscripción?».

Le contestaron:

«Del César».

Jesús les replicó:

«Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».

Y se quedaron admirados.


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