San Bernabé, apóstol
Martes de la X Semana del Tiempo Ordinario
El discípulo que vive con intensidad su relación con Dios está llamado a ser testigo en lo cotidiano. Día a día la sal y la luz dan vida. Dan sabor a lo que hacemos y aportan otra forma de mirar la realidad. Así actúa la fe en las personas que abren su corazón a Dios.
Mt 5,13-16
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos».
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