Lunes de la XIX Semana del T.O.
El pago del impuesto nos adentra
en las pequeñas controversias que surgen en la vida cotidiana de los seguidores
de Cristo. Los cristianos participamos en la vida de la sociedad no solo con
una vida de valores propios, sino también con nuestra aportación material a la
construcción de una sociedad más justa, solidaria y humanizadora, y Jesucristo
nos pide que lo hagamos desde el testimonio y el ejemplo.
Mt 17,22-27
En aquel tiempo, mientras Jesús y
los discípulos recorrían juntos Galilea, les dijo:
«El Hijo del hombre será
entregado en manos de los hombres, lo matarán, pero resucitará al tercer día».
Ellos se pusieron muy tristes.
Cuando llegaron a Cafarnaún, los
que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le
preguntaron:
«¿Vuestro Maestro no paga las dos
dracmas?».
Contestó:
«Sí».
Cuando llegó a casa, Jesús se
adelantó a preguntarle:
«¿Qué te parece, Simón? Los reyes
del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los
extraños?».
Contestó:
«A los extraños».
Jesús le dijo:
«Entonces, los hijos están
exentos. Sin embargo, para no darles mal ejemplo, ve al mar, echa el anzuelo,
coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata.
Cógela y págales por mí y por ti».
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