viernes, 9 de agosto de 2024

No sabéis el día ni la hora...

 Santa Teresa Benedicta de la Cruz

Viernes de la XVIII Semana del T.O.

No es difícil ni extraño distraernos en nuestra vida de fe. Son muchos los factores que se adueñan de nuestra existencia convirtiéndola en una rutina. Y la rutina invita al descuido y la falta de vigilancia. Pero la vida de fe es un regalo que debemos cuidar, porque da sentido a nuestra vida y nos completa. En este sentido es un don y es una tarea. Cuidémosla.


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Mt 25,1-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Se parecerá el reino de los cielos a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo.

Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes.

Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.

El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.

A medianoche se oyó una voz:

"¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!".

Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas.

Y las necias dijeron a las prudentes:

"Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas".

Pero las prudentes contestaron:

"Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis".

Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.

Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo: "Señor, señor, ábrenos".

Pero él respondió:

"En verdad os digo que no os conozco".

Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora».

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