Viernes de la XVII Semana del T.O.
En aquel tiempo Jesús no puedo
hacer gestos en su ciudad, en su pueblo, como solemos decir, en su casa. La
falta de fe era notable en sus paisanos. Pero hoy la casa de Jesús es la
Iglesia y el corazón de cada creyente. Preguntémonos si nuestra fe le deja
obrar su voluntad en nosotros y en su iglesia.
Mt 13,54-58
En aquel tiempo, fue Jesús fe a
su ciudad y se puso a enseñar en su sinagoga. La gente decía admirada: «¿De
dónde saca este esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero?
¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven
aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?».
Y se escandalizaban a causa de
él.
Jesús les dijo: «Solo en su
tierra y en su casa desprecian a un profeta».
Y no hizo allí muchos milagros,
por su falta de fe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario