San Ambrosio, Obispo
La
prioridad de Jesús es atender a las personas, porque estaban “extenuadas y abandonadas”.
No es ajeno el evangelio de hoy a la situación del hombre del siglo XXI. El
hombre sigue buscando, sigue sintiéndose extenuado y abandonado. La mies es
mucha. No basta a los discípulos de este siglo quedarse en los templos.
Mt 9,35-10,1.6-8
En
aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus
sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y
todas las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque
estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces
dijo a sus discípulos:
-«La
mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la
mies que mande trabajadores a su mies.»
Y
llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus
inmundos y curar toda enfermedad y dolencia.
A
estos doce los envió con estas instrucciones:
-«Id
a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos
está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad
demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.»
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