Martes III Semana de Adviento
Nos
encantan los árboles genealógicos. Vamos buscando nuestros orígenes, nuestros apellidos,
de dónde provenimos. La búsqueda de nuestros antepasados nos conduce al
conocimiento de nuestro origen, pero también nos ayuda a conocer quiénes somos
y cuál es nuestra misión. A Jesús no lo podemos entender sin su origen, la
promesa de Dios a Abrahán; y sin su misión, la liberación definitiva del hombre.
Mt 1,1-17
Genealogía
de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán.
Abrahán
engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró,
de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab
a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de
Rut, a Obed; Obed a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.
David,
de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías, Abías
a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán
a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amós, Amós a
Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de
Babilonia.
Después
del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel,
Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a
Aquirn, Aquím a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob
engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
Así,
las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David
hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia
hasta el Mesías, catorce
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