Los Santos Inocentes
El origen del Pueblo de Dios
surge con la liberación de los israelitas de la esclavitud de Egipto. El Hijo
de Dios, que inaugura una nueva etapa en la historia de la Salvación, retoma
sus orígenes, de nuevo en Egipto, de nuevo liberación. Y de nuevo la muerte
injusta de los inocentes. Nosotros hoy seguimos asistiendo al injusto trato que
reciben de los poderosos millones de personas inocentes. Pero ¿cómo lo vemos?
¿Sentados en el sofá de casa a través de la pantalla del televisor o del móvil?
¿O tomamos nota?
Mt 2,13-18
Después que los Magos se fueron,
el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:
«Levántate, toma al niño y a su
madre, huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te avise; porque Herodes va a
buscar al niño para matarlo».
José se levantó de noche, tomó al
niño y a su madre, y partió hacia Egipto, donde permaneció hasta la muerte de
Herodes. Así se cumplió lo que había anunciado el Señor por el profeta: De
Egipto llamé a mi hijo.
Entonces Herodes, viéndose
burlado por los Magos, se enfureció tanto que mandó matar a todos los niños de
Belén y de todos sus alrededores que tuvieran menos de dos años, conforme a la
información que había recibido de los Magos. Así se cumplió lo anunciado por el
profeta Jeremías:
Se ha escuchado en Ramá un
clamor, un gran llanto y lamento: es Raquel que llora por sus hijos, y no
quiere consolarse, porque ya no existen.
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