Sábado de la XIX Semana del Tiempo Ordinario
El corazón del discípulo debe ser
como el de un niño, inocente, abierto, agradecido, contemplativo, que se admira
con la belleza, que no piensa mal ni se retuerce… Así debe ser nuestro corazón
para acoger la semilla del Reino.
Mt 19,13-15
En aquel tiempo, le presentaron
unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orase, pero los
discípulos los regañaban.
Jesús dijo:
«Dejadlos, no impidáis a los
niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos».
Les impuso las manos y se marchó
de allí.
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