Santa Clara, virgen
Viernes de la XVIII
Semana del Tiempo Ordinario
La propuesta de Jesús es radical, o al menos nos lo
parece. Pero veámosla en positivo. Cuando encuentras un motivo que merece la
pena para luchar, vivir y sentir, todo lo demás deja de tener importancia. Si
encuentras el amor de Dios todo lo demás parece perder valor y lo recibe de ese
amor de Dios que te hacer mirar de otra manera.
Mt 16,24-28
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí
mismo, tome su cruz y me siga.
Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el
que la pierda por mí, la encontrará.
¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero,
si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla?
Porque el Hijo del hombre vendrá, con la gloria de su
Padre, entre sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.
En verdad os digo que algunos de los aquí presentes no
gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre en su reino».
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