San Maximiliano Kolbe, presbítero y mártir
Lunes de la XIX Semana
del Tiempo Ordinario
A veces son gestos heroicos y otras gestos cotidianos los
que sirven para que Reino de Dios tenga nueva simiente. El amor que se da no se
pierde, el desgaste fructifica en vida de nuevos discípulos.
Mt 17,21-26
En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían
juntos Galilea, les dijo:
«El Hijo del hombre será entregado en manos de los
hombres, lo matarán, pero resucitará al tercer día».
Ellos se pusieron muy tristes.
Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto
de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron:
«¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?».
Contestó:
«Sí».
Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle:
«¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le
cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños?».
Contestó:
«A los extraños».
Jesús le dijo:
«Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no
darles mal ejemplo, ve al mar, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique,
ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por
ti».
No hay comentarios:
Publicar un comentario