Sábado VII Semana del Tiempo Ordinario
En ocasiones la realidad nos planta ante la crueldad de las acciones humanas y frente a nosotros el espejo del Evangelio y el rostro del Señor. Moisés reconoció al Señor en la zarza ardiendo… ¿Dónde reconocemos hoy el rostro del Señor? Quizá en los quince mil niños que desde el siete de octubre han fallecido en Gaza víctimas de la sinrazón humana… Niños, sí, como aquellos que el Señor invitaba a estar a su lado.
Mc 10,13-16
En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos los regañaban.
Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:
«Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él».
Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos.
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