jueves, 2 de agosto de 2018

Cuidado, que llega el Reino...


La llegada del Reino de Dios pone a cada uno en su lugar. Pero cuidado, no somos nosotros los jueces que decidimos sobre los demás… Ese papel solo le corresponde a Dios. Ahí está nuestra tentación…



Mateo 13, 47-53
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final de los tiempos: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno de fuego. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
¿Habéis entendido todo esto?
Ellos le responden: Sí.
Él les dijo: Pues bien, un escriba que se ha hecho discípulo del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo.
Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.

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