jueves, 30 de agosto de 2018

Levanta del sofá...


Los cristianos vivimos una tensión entre el ya y el todavía no del Reino de Dios. Quizá por eso es fácil caer en la tentación de pensar que llegará y que no hace falta hacer nada de nuestra parte, pues Dios es tan misericordioso que no tendrá en cuenta nuestra dejadez. Sin embargo, la respuesta afirmativa del hombre a la llamada de Dios supone y exige una disposición activa del hombre hacia el compromiso vital. Eso sí ¿estoy preparado para ponerme en camino o prefiero seguir sentado en el sofá del conformismo?



Mateo 24, 42-51
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.
¿Quién es el criado fiel y prudente, a quien el señor encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Bienaventurado ese criado, si el señor, al llegar, lo encuentra portándose así. En verdad os digo que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si dijere aquel mal siervo para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo castigará con rigor y le hará compartir la suerte de los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.

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