Nos resulta excesivamente fácil
exigir a los demás el pago de sus deudas, pero ¡cuánto nos cuesta aplicar la
misericordia que para nosotros rogamos! Precisamente por eso la práctica de la
caridad no puede reducirse al ejercicio de la solidaridad, porque corremos el
riesgo de acabar reprochándola a aquellos con quienes la practicamos. No hay
caridad verdadera si no pasa por este texto que hoy se proclama y por 1Cor 13.
Tampoco misericordia sincera que no brote de Dios…
Mateo 18, 21-19, 1
En aquel tiempo, acercándose Pedro
a Jesús le preguntó: Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo
que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?
Jesús le contesta: No te digo
hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Por esto, se parece el reino de
los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar
a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con
qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y
todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le
suplicaba diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo."
Se compadeció el señor de aquel
criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el criado
aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y,
agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: "Págame lo que me debes."
El compañero, arrojándose a sus
pies, le rogaba, diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré." Pero
él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Sus compañeros, al ver lo
ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo
sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: "¡Siervo malvado! Toda
aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener
compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?" Y el señor,
indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo
hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su
hermano.
Cuando acabó Jesús estos
discursos, partió de Galilea y vino a la región de Judea, al otro lado del
Jordán.
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