San Francisco Javier
Jesús destaca la fe del Centurión
por encima de todo. No importa su rango militar, ni el poder económico o
social. Lo realmente destacable es esa mirada de Jesús al interior del hombre y
lo que en la profundidad del corazón encontró: la fe. Y nosotros, ¿mostramos el
tesoro de la fe?
Mateo 8, 5-11
En aquel tiempo, al entrar Jesús
en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole:
Señor, tengo en casa un criado
que está en cama paralítico y sufre mucho.
Le contestó:
Voy yo a curarlo.
Pero el centurión le replicó:
Señor, no soy digno de que entres
bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque
yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a
uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado:
"Haz esto", y lo hace.
Al oírlo, Jesús quedó admirado y
dijo a los que le seguían:
En verdad os digo que en Israel
no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y
occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos.
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