domingo, 30 de junio de 2019

Camina...


Domingo XIII del Tiempo Ordinario
Cuando descubres a Jesús y lo pones en el centro de tu vida, la propia forma de ser y estar queda transformada por Jesús. Todo adquiere un sentido nuevo. Lo anterior pierde valor a favor de esta nueva forma de entenderse ligado al seguimiento de Jesús, ligado a Dios.

Lc 9,51-62
Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante.
De camino entraron en una aldea de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: -Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?
El se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea.
Mientras iban de camino, le dijo uno:
-Te seguiré adonde vayas.
Jesús le respondió:
-Las zorras tienen madriguera y los pájaros, nido, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza.
A otro le dijo:
-Sígueme.
El respondió:
-Déjame primero ir a enterrar a mi padre.
Le contestó:
-Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios.
Otro le dijo:
-Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.
Jesús le contestó:
-El que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el Reino de Dios.

sábado, 29 de junio de 2019

Criterios diferentes...


San Pedro y san Pablo, Apóstoles
¡Qué diferencia de criterios para acoger y asumir responsabilidades! En nuestra sociedad se asumen responsabilidades por muchos motivos, pero es cierto que no muchos motivos nos hablan de amor, compromiso, servicio y generosidad. No pocas veces las responsabilidades se ligan a los éxitos profesionales, personales y económicos. Dios da un paso más allá. Dios mira de otra manera. Mira el corazón del hombre y da responsabilidades en función de la grandeza del corazón.

Jn 21,15-19
Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, dice a Simón Pedro:
- «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?»
Él le contestó:
- «Sí, Señor, tú, sabes que te quiero.»
Jesús le dice:
- «Apacienta mis corderos.»
Por segunda vez le pregunta:
- «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»
Él le contesta:
- «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Él le dice:
- «Pastorea mis ovejas.»
Por tercera vez le pregunta:
- «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó:
- «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice:
- «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.»
Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió:
- «Sígueme.»

viernes, 28 de junio de 2019

Alegría desbordante...


Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús
El buen pastor pone en su tarea la vida entera. El buen pastor se implica 100% en la tarea y convierte la tarea en su propia existencia. Dicha implicación no brota del salario. El compromiso del pastor con sus ovejas es fruto del amor. Por ello la alegría cuando aparece la oveja perdida es inmensa. Por eso el regreso de un pecador al seno de la vida de fe es motivo de alegría desbordante para toda la comunidad.

Lc 15,3-7
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos y letrados esta parábola:
-Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles:
-¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido.
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.

jueves, 27 de junio de 2019

Construye en firme...


El edificio de nuestra existencia merece la pena. La vida es un don precioso que recibimos, pero su construcción es una tarea que se mueve entre la responsabilidad y la búsqueda de la plenitud. Por eso es tan importante buscar el mejor terreno para cimentarla. Cuidado con la superficialidad que conduce rápidamente al éxito, pero también al fracaso y la destrucción. Dios es roca firme que ayuda a afrontar los éxitos y los fracasos. Hoy nuestra sociedad no parece encauzar bien lo segundo.

Mt 7,21-29
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-No todo el que me dice «Señor, Señor» entrará en el Reino de los Cielos, sino el que cumple la, voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Aquel día muchos dirán: Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?
Yo entonces les declararé: Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.
Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los letrados.

miércoles, 26 de junio de 2019

Los frutos de la fe...


Resulta muy difícil comunicar lo que no llevas dentro. La alegría verdadera, la que te llena de sentido, esa se transmite en cada gesto. Es curioso observar como hemos creado un mundo artificial que triunfa en esta época de la imagen, de las redes sociales. Un mundo de aparente verdad que por dentro parece vaciarse de sentido. Un mundo superficial y vanidoso que sigue teniendo hambre de verdaderos testigos.

Mt 7,15-20
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis.
A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos?
Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos.
Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos.
El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego.
Es decir, que por sus frutos los conoceréis.

martes, 25 de junio de 2019

La puerta estrecha...


Lo que Dios pide a los hombres no es tan complejo de decir, aunque sí que es difícil de cumplir en la vida de cada día. La ley y los profetas, lo que desde antiguo dijeron, se asienta en algo tan sencillo como tratar a los demás como queremos que nos traten. El principio de fraternidad, hijos todos de un mismo Dios, fruto del amor, es nuestro principio de actuación.

Mt 7,6.12-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros.
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la ley y los profetas.
Entrad por la puerta estrecha.
Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos.

lunes, 24 de junio de 2019

Tu ruego ha sido escuchado...


Natividad de San Juan Bautista
La respuesta de Dios a la confianza depositada por Zacarías es escuchada. Dios no defrauda. Dios escucha activamente los gritos de la humanidad. Es el signo primero de un Dios cercano a las necesidades de su pueblo, un Dios que no abandona nunca a quien confía.

Lc 1,5-17
En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón llamada Isabel.
Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada.
Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el ritual de los sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso.
Y se la apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor.
Pero el ángel le dijo:
No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer, Isabel, te dará un hijo y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; se llenará de Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia los hijos, y a los desobedientes a la sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto.

domingo, 23 de junio de 2019

Seguimos teniendo hambre...


Solemnidad de Corpus Christi
La multiplicación de los panes es uno de los milagros más conocidos de Jesús. Milagro que casi dos mil años después sigue estando de rabiosa actualidad. El ser humano sigue teniendo hambre, curiosamente cuando más recursos hay al alcance de la mano, cuando más productos satisfacen las necesidades de los hombres, resulta que somos seres insatisfechos, que siempre seguimos buscando. Pero algo ofrece Jesús que quien come queda saciado. Recientemente Cáritas ha publicado su informe sobre la situación de la pobreza y es demoledor. Los cristianos, alimentados con el pan que sacia, debemos transformar la angustia de nuestros hermanos que sufren con los frutos del amor.

Lc 9,11b-17
En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar a la gente del Reino de Dios, y curó a los que lo necesitaban.
Caía la tarde y los Doce se le acercaron a decirle:
–Despide a la gente que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida; porque aquí estamos en descampado.
El les contestó:
–Dadles vosotros de comer.
Ellos replicaron:
–No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío. (Porque eran unos cinco mil hombres.)
Jesús dijo a sus discípulos:
–Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta.
Lo hicieron así, y todos se echaron.
El, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron las sobras: doce cestos.

sábado, 22 de junio de 2019

Lo posible...

Con el ritmo de vida que esta sociedad nos impone… con las preocupaciones y los envites que la sociedad de consumo pretende contagiarnos… con el individualismo adentrándose en el terreno de las seguridades superfluas… los cristianos vivimos, a veces, angustiados por un mañana que no tenemos asegurado. En medio de esta situación, el Evangelio de hoy nos propone otra forma de vivir de cara a nosotros mismos, a nuestros hermanos y a Dios. ¡Y… ES POSIBLE!

Mt 6,24-34
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–«Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
Por eso os digo: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mi­rad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos?
¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?
¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vues­tro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso.
Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, por­que el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos.»

viernes, 21 de junio de 2019

El mandamiento principal...

San Luis Gonzaga
El Padre Nuestro se hace real y concreto en la vida de los creyentes cada vez que hacen del amor su motivación para hacer las cosas. La oración que ayer profundizábamos es el signo del cambio que Dios quiere en nuestros corazones. No basta cumplir normas escritas por los hombres, hace falta ir a lo más genuino y profundo, la raíz de toda norma escrita debe estar en el amor y en la búsqueda de sus frutos.

Mt 22,34-40
En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesús y uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba:
-Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?
El le dijo:
-«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser».
Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él:
-«Amarás a tu prójimo como a ti mismo».
Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas.

jueves, 20 de junio de 2019

Paternidad, fraternidad...

La oración sincera y profunda se funda en lo más genuino de la relación entre Dios y el hombre. Esta relación es radicalmente novedosa desde el momento de la encarnación. La cercanía que inaugura Jesús se concreta en esta oración de todos los cristianos. En ella expresamos la relación de filiación con Dios, nuestro Padre, pero establecemos una relación de fraternidad que configura nuestra forma de ser, de estar y de vivir nuestra fe en comunidad. Que cada vez que rezamos el Padre Nuestro profundicemos en estas relaciones.

Mt 6,7-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-Cuando recéis no uséis muchas palabras como los paganos, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis. Vosotros rezad así:
Padre nuestro del cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
danos hoy el pan nuestro,
perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido,
no nos dejes caer en tentación,
sino líbranos del maligno.
Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.

miércoles, 19 de junio de 2019

Sin apariencias...

No es necesario televisar ni hacer online los gestos de amor cristianos. Hablan por si mismos. Su autenticidad radica en el mundo de los porqués, no en la apariencia ni en lo que hoy se llama “postureo”. ¿Cómo son nuestras obras? ¿por qué hacemos las cosas que hacemos? ¿Sólo por apariencia o de verdad radican en el amor a Dios, a los demás y a la Iglesia?

Mt 6,1-6.16-18
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú. en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga.
Cuando tú vayas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.
Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los farsantes que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.

martes, 18 de junio de 2019

La recompensa...


Hace no muchos años se oía decir que los cristianos de estufa o de sacristía eran maravillosos. Todos los seres humanos son maravillosos. Y todos los creyentes también, por supuesto. Pero es verdad que dentro de los límites en los que vivimos nuestra fe se está muy calentito. Resulta moderadamente fácil amar a los que piensan como tú, pero ¿es igual enfrentarte a los que piensan distinto, a los que no sienten igual? Nuestra fe nos pide que en esas situaciones amemos más…

Mt 5,43-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo.
Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y calumnian. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestro hermano, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los paganos? Por tanto, sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto.

lunes, 17 de junio de 2019

Un amor que humaniza...


La propuesta de Jesús es radicalmente opuesta a la instintiva humana. Y los frutos del amor son siempre positivos. El amor engrandece las relaciones humanas. Todo lo que envuelve al hombre se hace maravilloso cuando es traspasado por el amor.

Mt 5,38-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-Sabéis que está mandado: «Ojo por ojo, diente por diente». Pues yo os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñalo dos; a quien te pide, dale; y al que te pide prestado, no lo rehuyas.

domingo, 16 de junio de 2019

Comunidad que se ama...


Fiesta de la Santísima Trinidad
El Dios Cristiano es una comunidad de amor. La indisoluble unidad del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo se funda en el amor. A eso aspiramos los cristianos, a convertirnos en modelo de comunidad que se funda en el amor. Atrás quedan las diferencias, porque es mucho más fuerte lo que nos une.

Jn 16,12-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
El me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando.
Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará.»

sábado, 15 de junio de 2019

En gratuidad...


Jurar en nombre de otros es compromerlos. No comprometemos a Dios en lo que libremente y por amor ya nos da cada día. Nos comprometemos a nosotros mismos, pero intentar comprometer a Dios es tener un concepto equivocado. Dios se da en gratuidad.

Mt 5,33-37
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos.
-Sabéis que se mandó a los antiguos: «No jurarás en falso» y «Cumplirás tus votos al Señor».
Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir sí o no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno.

viernes, 14 de junio de 2019

Muy adentro...


Más allá de la casuística exhaustiva del siglo I, de la tradición legalista judía, Jesús da un sentido nuevo y más profundo a la ley. No se trata solo del cumplimiento o no de la norma, sino de la intencionalidad. Y la intención reside en el interior del ser humano. Ahí es donde debe actuar la verdadera transformación a la que mueve la fe.

Mt 5,27-32
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-Habéis oído el mandamiento «no cometerás adulterio». Pues yo os digo: el que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior.
Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro, que ser echado entero en el Abismo.
Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro, que ir a parar entero al Abismo.
Está mandado: «El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio».
Pues yo os digo: el que se divorcie de su mujer -excepto en caso de prostitución- la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio.

jueves, 13 de junio de 2019

Sumo y Eterno Sacerdote...

Jesucristo, Sumo y Eterno sacerdote
El sacerdocio de Jesús es el modelo de pastor de la Iglesia. El Sumo y Eterno Sacerdote no solo intercede por todos los que le han sido encargados, sino que se compromete plenamente en la misión. Él mismo es la misión. Por eso decimos que ese sacerdocio es el más genuino y eterno en el tiempo. Hoy nos acordamos de todos los sacerdotes… damos gracias por ellos y pedimos a Dios por su misión.

Jn 17,1-2.9.14-26
Jesús, levantando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti y, por el poder que tú le has dado sobre toda carne, dé la vida eterna a todos los que le has dado.
Te ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por estos que tú me diste, porque son tuyos. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad.
Como tú me enviaste al mundo, así yo los envío también al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.
Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste.
Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos».

miércoles, 12 de junio de 2019

Camino de plenitud...


Es tentador confundir la ley con la tradición. A veces nos empeñamos en dar carácter esencial a lo superfluo, a lo superficial y accidental. Los momentos históricos son eso, períodos de tiempo y sus costumbres. En la vida de fe lo esencial permanece, crece en el interior de las personas y de la Iglesia. Eso es lo realmente importante. Jesús da cumplimiento a la ley porque la completa, porque le da sentido, porque Dios abre la letra al ser humano dando más valor al amor que al rigor.

Mt 5,17-19
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.»

martes, 11 de junio de 2019

Portadores de un legado...


San Bernabé, Apóstol
Salimos de la Pascua con el ánimo por las nubes. Hemos sido elegidos por el Señor. Durante este tiempo nos ha formado, hemos aprendido… Nos hemos sentido queridos, reconfortados y hemos recibido todas las herramientas de la fe, una vida interior profunda que sustenta nuestra forma de ser y actuar. ¿Y ahora qué? Ahora es el momento de la gratitud y la gratuidad. Lo que recibimos gratis, dadlo gratis…

Mt 10,7-13
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus Apóstoles:
–Id y proclamad que el Reino de los Cielos está cerca: Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios.
Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.
No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni otra túnica, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en una casa saludad; si la casa se lo merece, la paz que le deseáis vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros.

lunes, 10 de junio de 2019

Una nueva fraternidad...


Santa María, Madre de la Iglesia
María, la madre del Señor, asume la maternidad de todos los seguidores de su hijo, la maternidad de la Iglesia. La Iglesia no se queda sola y desamparada, recibe, tras la ascensión de Jesús, al Espíritu Santo y a María. Desde ese momento los creyentes no estamos solos. Tenemos por Madre a María inaugurando una nueva fraternidad.

Jn 19,25-34
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.
Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.
Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dijo: «Tengo sed». Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: «Está cumplido». E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran.
Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.

domingo, 9 de junio de 2019

Un tiempo siempre nuevo...


Solemnidad de Pentecostés
Pentecostés es la fiesta de la Iglesia. El tiempo nuevo de la Historia de la Salvación que se inaugura con la venida del Espíritu Santo. Del miedo a la valentía; de la debilidad a la fortaleza; de la duda a la fe; de la ignorancia a la sabiduría… ¿Qué va a cambiar el Espíritu Santo en nuestras vidas?


Jn 7,37-39
El último día, el más solemne de las fiestas, Jesús, en pie, gritaba:
- «El que tenga sed, que venga a mí; el que cree en mí, que beba. Como dice la Escritura: de sus entrañas manarán torrentes de agua viva.»
Decía esto refiriéndose al Espíritu que habían de recibir los que creyeran en él. Todavía no se había dado el Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado.

sábado, 8 de junio de 2019

Testigos cualificados por sentirse amados...


Juan nos deja sus señas de identidad. El discípulo que ha puesto por escrito el testimonio evangélico es alguien que se ha sentido profundamente amado por Dios. Es ese amor el que transforma la existencia del discípulo. El testimonio no se resume a la puesta por escrito de los hechos que Jesús realizó y a las palabras que pronunció. El testimonio implica el compromiso real del mensajero. ¿Es nuestro testimonio tan comprometido? ¿Somos testigos de Jesús en nuestra vida diaria?

Jn 21,20-25
En aquel tiempo, Pedro, volviéndose, vio que los seguía el discípulo a quien Jesús tanto amaba, el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?»
Al verlo, Pedro dice a Jesús:
- «Señor, y éste ¿qué?»
Jesús le contesta:
- «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme.»
Entonces se empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?»
Éste es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que los libros no cabrían ni en todo el mundo.

viernes, 7 de junio de 2019

Solo se sirve desde el amor...


La elección de Pedro es una decisión clave. El Hijo de Dios debe estar junto al Padre y, una vez que el Espíritu Santo sea enviado, deberán ser los apóstoles quienes en el seno de la Iglesia sean el germen del Reino de Dios. Por eso le pregunta varias veces. La tarea de apacentar el rebaño, de guiar el nuevo pueblo de Dios, no es una mera tarea de política. Guiar la Iglesia supone amar a sus miembros. Supone conocer, querer y proteger al rebaño. El amor es la única clave válida para entender el servicio a los demás.

Jn 21,15-19
Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, dice a Simón Pedro:
- «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?»
Él le contestó:
- «Sí, Señor, tú, sabes que te quiero.»
Jesús le dice:
- «Apacienta mis corderos.»
Por segunda vez le pregunta:
- «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»
Él le contesta:
- «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Él le dice:
- «Pastorea mis ovejas.»
Por tercera vez le pregunta:
- «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó:
- «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice:
- «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.»
Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió:
- «Sígueme.»

jueves, 6 de junio de 2019

¿De verdad nos amamos...?


No hay duda de que es más lo que nos une que lo que nos separa. La fuerza, el motor, lo que compartimos, es mucho mayor que los obstáculos que cada uno de nosotros ponemos. Reflexionemos. ¿Qué es lo que nos separa? ¿El egoísmo? ¿el deseo de imponer unos criterios a otros? ¿las “tradiciones” superficiales? ¿…? La grandeza de Dios es su donación a los hombres por amor. Eso es lo que nos une, el amor. ¿Si estamos separados, será porque no nos amamos?

Jn 17,20-26
En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, Jesús dijo:
- Padre santo: no sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí.
Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo, donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas antes de la fundación del mundo.
Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu Nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, como también yo estoy en ellos.

miércoles, 5 de junio de 2019

Tendiendo puentes...


San Bonifacio, Obispo y Mártir
El deseo de Cristo de que seamos uno se ha visto truncado a lo largo de los siglos por intereses ajenos a lo religioso. No estamos libres de sentir la tentación de levantar barreras de personalismos e ideologías que ofenden el verdadero sentido del mandamiento del amor que el Señor nos dejó. La comunidad cristiana, la Iglesia local y la Iglesia Universal deben ser el modelo en el que los creyentes y los hombres se fijen. Deben tender puentes en vez de levantar barreras. Y tú, ¿tiendes puentes o pones barreras?

Jn 17,11b-19
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo:
- «Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que ellos mismos tengan mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Conságralos en la verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Y por ellos me consagro yo, para que también se consagren ellos en la verdad.»