miércoles, 26 de junio de 2019

Los frutos de la fe...


Resulta muy difícil comunicar lo que no llevas dentro. La alegría verdadera, la que te llena de sentido, esa se transmite en cada gesto. Es curioso observar como hemos creado un mundo artificial que triunfa en esta época de la imagen, de las redes sociales. Un mundo de aparente verdad que por dentro parece vaciarse de sentido. Un mundo superficial y vanidoso que sigue teniendo hambre de verdaderos testigos.

Mt 7,15-20
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis.
A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos?
Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos.
Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos.
El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego.
Es decir, que por sus frutos los conoceréis.

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