lunes, 27 de abril de 2020

¿Saciados...?


Lunes de la III Semana de Pascua
Este año, el Domingo de Resurrección, el Papa Francisco, en la bendición Urbi et Orbi nos recordaba que ante la situación actual no podemos quedarnos indiferentes. En el mundo siguen pasando muchas cosas, no solo una pandemia. Quedémonos con esa indiferencia. El ser humano busca, pero esta sociedad de consumo ha pretendido sustituir el hambre de alimento eterno por cantidades ingentes de objetos superfluos. Los cristianos tendremos que movernos, salir de la indiferencia y ser signo para los demás.

Juan 6, 22-29
Después de que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el mar.
Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar notó que allí no había habido más que una barca y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos.
Entretanto, unas barcas de Tiberíades llegaron cerca del sitio donde habían comido el pan después que el Señor había dado gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo has venido aquí?»
Jesús les contestó:
«En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios».
Ellos le preguntaron:
«Y, ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?».
Respondió Jesús:
«La obra de Dios es Esta: que creáis en el que él ha enviado».

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