miércoles, 8 de abril de 2020

Tú lo has dicho...


Miércoles Santo
La Pasión de Jesucristo no es el fatal desenlace fruto del enfrentamiento de Jesús con las autoridades religiosas y políticas de la época. Jesús se pone al frente y convierte el trágico final en el máximo gesto de amor que podemos experimentar, la donación gratuita y amorosa de la vida propia por liberar a los demás de las ataduras que nos esclavizan. El miércoles santo nos ofrece una oportunidad única y exclusiva de empezar a contemplar el misterio central de nuestra fe. El Señor asume la pasión como compromiso coherente de su misión.

Mateo 26, 14-25
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: «¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?». Ellos se ajustaron con él en treinta monedas de plata. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo. El primer día de los Ácimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?». Él contestó: «ld a la ciudad, a casa de quien vosotros sabéis y decidle: “El Maestro dice: mi hora está cerca; voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”». Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo: «En verdad os digo que uno de vosotros me va a entregar». Ellos, muy entristecidos, se pusieron a preguntarle uno tras otro: «¿Soy yo acaso, Señor?». Él respondió: «El que ha metido conmigo la mano en la fuente, ese me va a entregar. El Hijo del hombre se va como está escrito de él; pero, ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado!, más le valdría a ese hombre no haber nacido». Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: «¿Soy yo acaso, Maestro?» Él respondió: «Tú lo has dicho».

No hay comentarios:

Publicar un comentario