Jueves de la XXX Semana del Tiempo Ordinario
Los profetas se mantuvieron fieles a Dios frente a las propuestas y amenazas de los poderosos. Jesús continúa el camino iniciado por los profetas y lo lleva a pleno cumplimiento. Pero pide a los cristianos que seamos profetas y testigos en medio del mundo. Y esa fidelidad conlleva riesgos.
Lc 13,31-35
En aquel día, se acercaron unos fariseos a decir a Jesús:
«Sal y marcha de aquí, porque Herodes quiere matarte».
Jesús les dijo:
«Id y decid a ese zorro: “Mira, yo arrojo demonios y realizo curaciones hoy y mañana, y al tercer día mi obra quedará consumada.
Pero es necesario que camine hoy y mañana y pasado, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén”.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían!
Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, y no habéis querido.
Mirad, vuestra casa va a ser abandonada.
Os digo que no me veréis hasta el día en que digáis: “¡Bendito el que viene en nombre del Señor!”».
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