DOMUND
XXIX Domingo del T.O.
Somos
muy dados a mezclar las cosas. Seguramente por intereses justificativos. No han
sido pocos en la historia los que han pretendido justificar atrocidades humanas
con argumentos religiosos. Sigue ocurriendo, sí. Pero independientemente de
esto, el compromiso del cristiano en la vida pública no es cuestionable, o al
menos no debería serlo, sabiendo discernir lo que corresponde a cada cosa. Y
hoy, día del Domund, toca salir de la poltrona de la comodidad y ponerse en
camino.
Mt 22,15-21
En
aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para
comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron algunos discípulos suyos, con
unos herodianos, y le dijeron:
«Maestro,
sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad,
sin que te importe nadie, porque no te fijas en apariencias. Dinos, pues, qué
opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César o no?».
Comprendiendo
su mala voluntad, les dijo Jesús:
«Hipócritas,
¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto».
Le
presentaron un denario. Él les preguntó:
«¿De
quién son esta imagen y esta inscripción?».
Le
respondieron:
«Del
César».
Entonces
les replicó:
«Pues
dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».
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