San Francisco de Asís
Miércoles de la XXVI Semana del T.O.
Nos hemos hecho expertos en ambigüedad. Hemos aprendido a manejarnos entre las distintas opciones sin ser rotundos en las decisiones. Todo apunta a que esto se debe a nuestra intención de vivir en lo superficial, de no romper lazos con los demás, pero nos equivocamos. Ser tú mismo, apostar por lo que crees y amas no significa romper puentes con otras personas. Al contrario, es situarte en tu lugar, donde quieres estar, ser tratado y acogido tal y como eres. Así te quiere Dios, así quería Jesús a sus discípulos.
Lc 9,57-62
En aquel tiempo, mientras Jesús y sus discípulos iban de camino, le dijo uno:
«Te seguiré adondequiera que vayas».
Jesús le respondió:
«Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».
A otro le dijo:
«Sígueme».
Él respondió:
«Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre».
Le contestó:
«Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios».
Otro le dijo:
«Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa».
Jesús le contestó:
«Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios».
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