San Esteban, protomártir
Martes 26 de diciembre
¿Qué hemos hecho mal para que las
desastrosas palabras del Evangelio se cumplan generación tras generación?
Hermanos que se odia y de destruyen unos a otros. Pueblos enteros sumidos en la
tragedia de la guerra, perseguidos por su forma de pensar, por su origen, o por
sus creencias. Somos los protagonistas de esta deshumanización brutal. La vida
de fe nos debería ayudar a sobrellevar esta sinrazón.
Mt 10,17-22
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
«¡Cuidado con la gente!, porque
os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán
comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio ante
ellos y ante los gentiles.
Cuando os entreguen, no os
preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en aquel momento se os
sugerirá lo que tenéis que decir, porque no seréis vosotros los que habléis,
sino que el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. El hermano
entregará al hermano a la muerte, el padre al hijo; se rebelarán los hijos
contra sus padres y los matarán.
Y seréis odiados por todos a
causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el final, se salvará».
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