Sábado de la II Semana de Adviento
Las consecuencias de no ceder a la voluntad de algunos hombres son duras. El poder que intenta controlar cómo debe actuar Dios no cede y elimina a quienes se oponen. Dios no es manejable, no es manipulable y tiene la enorme capacidad de hacer todas las cosas buenas, porque brotan del amor. La respuesta del hombre poderosa brota del rencor.
Mt 17,10-13
Cuando bajaban del monte, los discípulos preguntaron a Jesús:
«¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?».
Él les contestó:
«Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido y no lo reconocieron, sino que han hecho con él lo que han querido. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos».
Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan el Bautista.
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