Miércoles de la XXV Semana del T.O.
No llevéis nada para el camino… Esas son las palabras de Jesús a sus discípulos. Nada distinto a lo que hoy el Señor nos sigue pidiendo. No cargues con pesadas mochilas que solo son ataduras. Pero cada vez que salimos a anunciar el evangelio nosotros seguimos pensando en recursos materiales y nos cargamos de ellos. Se nos olvida la pasión, la fe y la confianza. El testigo anuncia con su propia vida. Nuestros rostros muestran la felicidad que Dios ha puesto en nuestras vidas. ¿Por qué apagar nuestras sonrisas con materiales? ¿Es que Dios no he llenado suficientemente nuestra existencia?
Lc 9,1-6
En aquel tiempo, habiendo
convocado Jesús a los Doce, les dio poder y autoridad sobre toda clase de
demonios y para curar enfermedades.
Luego los envió a proclamar el
reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles:
«No llevéis nada para el camino:
ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco tengáis dos túnicas cada uno.
Quedaos en la casa donde entréis,
hasta que os vayáis de aquel sitio.
Y si algunos no os reciben, al
salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de vuestros pies, como testimonio
contra ellos».
Se pusieron en camino y fueron de
aldea en aldea, anunciando la Buena Noticia y curando en todas partes.
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