San Juan Crisóstomo, obispo y doctor
Viernes de la XXIII semana del T.O.
Nos resulta fácil mirar a los demás por una mirilla estrecha, mientras a nosotros mismos nos miramos de forma más laxa. Somos muy dados a ser permisivos con lo nuestro y ser excesivamente rigurosos con lo que hacen los demás. Y el caso es que no nos gusta que nos traten de manera injusta. Para ello tendremos que ir cambiando nuestros criterios y prioridades y nada mejor que pasarlos por los filtros del evangelio. ¿O vamos a seguir exigiendo a los demás lo que nosotros no estamos dispuestos a dar?
Lc 6,39-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola:
«¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?
No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano, déjame que te saque la mota del ojo", sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano».
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