miércoles, 30 de octubre de 2024

Vendrán de oriente y de occidente...

Miércoles de la XXX Semana del T.O.

El camino del discípulo no es una camino fácil ni ligero, pero merece la pena. Entrar por la puerta es el fin que perseguimos, poder descansar junto al Señor y estar en su presencia. Pero el camino, como el de Jesucristo hasta Jerusalén, contiene sus dosis de renuncia y aceptación. Y por llevar el apellido de cristiano no tienes garantizado nada, porque lo importante está en la disposición del corazón y el compromiso coherente.


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Lc 13,22-30

En aquel tiempo, Jesús pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén.

Uno le preguntó:

«Señor, ¿son pocos los que se salvan?».

Él les dijo:

«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo:

"Señor, ábrenos"; pero él os dirá:

"No sé quiénes sois".

Entonces comenzaréis a decir:

"Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas".

Pero él os dirá:

"No sé de dónde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad".

Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.

Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos».


martes, 29 de octubre de 2024

A qué compararé el Reino de Dios...

 Martes de la XXX Semana del T.O.

El Reino de Dios se construye, casi sin verlo, gracias a la colaboración de Dios y el hombre. Todos los discípulos participamos activamente en la construcción de un mundo radicalmente nuevo. Pero apenas se percibe. Porque queda mucho por hacer, porque a veces nos avergonzamos de nuestra identidad creyente, porque a veces hay obstáculos, por muchas razones. Pero hagamos con Dios que la semilla pequeña crezca hasta que el árbol haya brotado.


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Lc 13,18-21

En aquel tiempo, decía Jesús:

«¿A qué es semejante el reino de Dios o a qué lo compararé?

Es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; creció, se hizo un árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas».

Y dijo de nuevo:

«¿A qué compararé el reino de Dios?

Es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó».

lunes, 28 de octubre de 2024

Pasó la noche orando...

 San Simón y San Judas

Lunes de la XXX Semana del T.O.

Antes de cada acto relevante, el mismo Jesucristo pasa un tiempo en oración, en diálogo con el Padre porque va a hacer algo importante. Nosotros también lo hacemos, porque la existencia del discípulo está íntimamente ligada a Dios y porque entendemos que el sentido de todo lo que hacemos y decimos está vinculado a él.


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Lc 6,12-19

En aquellos días, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios.

Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote; Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.

Después de bajar con ellos, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.

Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

domingo, 27 de octubre de 2024

Él gritaba más...

 XXX Domingo del T.O.

A veces no sabemos escuchar, otras no queremos. Y es que escuchar supone aceptar al otro, acoger su palabra y dedicarle tiempo. Aunque sea distinto, aunque no nos guste, aunque nos inquiete, nos moleste o nos pida tiempo, especialmente eso, tiempo. Entre el gentío Jesús seguro que oía muchas cosas, pero escuchó el lamento de Bartimeo. Y dejo lo accesorio a un lado y fue a lo importante. Y es que lo importante es demasiado cotidiano y suele huir de lo extraordinario. Así es Dios.


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Mc 10,46-52

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:

«Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí».

Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más:

«Hijo de David, ten compasión de mí».

Jesús se detuvo y dijo:

«Llamadlo».

Llamaron al ciego, diciéndole:

«Ánimo, levántate, que te llama».

Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.

Jesús le dijo:

«¿Qué quieres que te haga?».

El ciego le contestó:

«"Rabbuní", que recobre la vista».

Jesús le dijo:

«Anda, tu fe te ha salvado».

Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

lunes, 21 de octubre de 2024

Necio, esta noche te van a reclamar el alma...

 Lunes de la XXIX Semana del T.O.

A los humanos nos encanta asentar nuestra vida sobre algunas seguridades. Curiosamente las seguridades las solemos traducir en un buen trabajo, un buen patrimonio, un buen salario… No acabamos de entender que esas seguridades no dan sentido a nuestra vida. Aportan ciertas comodidades que no garantizan la felicidad. Menos aún la inmortalidad. Ese deseo que desde civilizaciones muy antiguas hemos perseguido de generación en generación. Y es que nuestra existencia es vulnerable, como para ponerla en manos del mercado.


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Lc 12,13-21

En aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús:

«Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia».

Él le dijo:

«Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?».

Y les dijo:

«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».

Y les propuso una parábola:

«Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose:

"¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha".

Y se dijo:

"Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente".

Pero Dios le dijo:

"Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?".

Así es el que atesora para sí y no es rico ante Dios».

domingo, 20 de octubre de 2024

El Hijo del Hombre ha venido a servir...

 Jornada del DOMUND

XXIX Domingo del T.O.

Siempre buscamos alcanzar el éxito, siempre deseamos estar arriba, entre los primeros. No es extraño a la identidad humana. Por eso nuestras aspiraciones son las de estar arriba, entre los primeros, pareciendo querer estar por encima de los demás. Y para ello estamos dispuestos a hacer sacrificios. Pero resulta que para Dios no es lo importante. A los ojos de la fe ser el primero es arremangarse y dar la vida por los demás. De hecho fue lo que Él hizo.


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Mc 10,35-45

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:

«Maestro, queremos que nos hagas lo que te vamos a pedir».

Les preguntó:

«¿Qué queréis que haga por vosotros?».

Contestaron:

«Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda».

Jesús replicó:

«No sabéis lo que pedís, ¿podéis beber el cáliz que yo he de beber, o bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?».

Contestaron:

«Podemos».

Jesús les dijo:

«El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y seréis bautizados con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado».

Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.

Jesús, llamándolos, les dijo:

«Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos».

viernes, 18 de octubre de 2024

Poneos en camino...

 San Lucas, evangelista

Viernes de la XXVIII Semana del T.O.

El Señor envió a otros setenta y dos. Había más de doce enviados. Y no era la primera vez que enviaba a algunos discípulos a anunciar la novedad del reino de Dios. Y la novedad iba detrás, seguro que para dejar claro que los primeros no llevaban una misión propia, sino que era del que llegaría tras ellos. Y qué interesante resulta ese desprendimiento absoluto de lo material, lo innecesario, lo superficial… Solo lo importante…


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Lc 10,1-9

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía:

«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.

¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.

Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa". Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.

Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa.

Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: "El reino de Dios ha llegado a vosotros"».

miércoles, 16 de octubre de 2024

¡Ay de vosotros...!

Miércoles de la XXVIII Semana del T.O.

Las críticas de Jesús no se dirigen en exclusiva a las autoridades políticas judías o romanas, ni tampoco a las clases sociales más pudientes y poderosas, a aquellas que abusan del poder para conseguir sus propios intereses. La llamada de atención a las autoridades religiosas es dura. Las acusaciones son variadas, pero en el foco es una, el uso de Dios para incrementar la desigualdad obviando que los hijos de Dios se asientan en el amor y no en el cumplimiento de una ley que ha sido superada. Hoy, esa crítica dura a la institución religiosa tiene que servirnos de llamada de atención a estar alerta.


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Lc 11,42-46

En aquel tiempo, dijo el Señor:

«¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de hortalizas, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios!

Esto es lo que había que practicar, sin descuidar aquello.

¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y los saludos en las plazas!

¡Ay de vosotros, que sois como tumbas no señaladas, que la gente pisa sin saberlo!».

Le replicó un maestro de la ley:

«Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros».

Y él dijo:

«¡Ay de vosotros también, maestros de la ley, que cargáis a los hombres cargas insoportables, mientras vosotros no tocáis las cargas ni con uno de vuestros dedos!».


martes, 15 de octubre de 2024

Así te ha parecido bien...

 Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora

Martes de la Semana XXVIII del T.O.

Somos muy dados a elogiar la sabiduría de los hombres, el éxito, el glamur y la fama, pero sabemos apreciar la sabiduría de algunas personas, esa que brota del interior, esa que escucha, que espera, que ama y que alienta, esa que proviene de Dios y cada vez que se derrama crece, pero no alardea, ni es engreída y mira por encima del hombro. La sabiduría de verdad.


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Mt 11,25-30

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:

«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.

Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

domingo, 13 de octubre de 2024

Se marchó triste...

 XXVIII Domingo del T.O.

Seguramente no se fue triste porque era muy rico. Seguramente se fue triste porque las palabras de aquel a quien llamaba maestro bueno le invitaban a iniciar un proceso de renuncia, un cambio, una transformación en su vida. A nosotros, en el siglo XXI no nos entristece la riqueza. Si así fuese no andaríamos tan atareados persiguiéndola. El “maestro bueno” sigue invitándonos a cambiar… Pero ¿nos entristece?


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Mc 10,17-27

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó:

«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?».

Jesús le contestó:

«¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».

Él replicó:

«Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud».

Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo:

«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme».

A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque era muy rico.

Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:

«¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!».

Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió:

«Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios».

Ellos se espantaron y comentaban:

«Entonces, ¿quién puede salvarse?».

Jesús se les quedó mirando y les dijo:

«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo».

viernes, 11 de octubre de 2024

Todo reino dividido...

 Viernes de la XXVII Semana del T.O.

Nada peor que la división para que se adelante el final de cualquier institución, familia o reino. Y nada distinto es en la vida de la comunidad de los creyentes. La diversidad no es división, sino riqueza. La diversidad hace crecer la comunidad si los lazos más importantes se mantienen unidos por la comunión con el único Señor. Y qué difícil es a veces discernir las disensiones propias de lo diverso de las divisiones propias de los intereses personales. Todo un dilema.


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Lc 11,15-26

En aquel tiempo, habiendo expulsado Jesús a un demonio, algunos de entre la multitud dijeron:

«Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios».

Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo:

«Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.

Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín.

El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.

Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por lugares áridos, buscando un sitio para descansar, y, al no encontrarlo, dice:

"Volveré a mi casa de donde salí".

Al volver se la encuentra barrida y arreglada.

Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí.

Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio».

miércoles, 9 de octubre de 2024

Decid: Padre...

Miércoles de la XXVII Semana del T.O.

Posiblemente esta oración que Jesucristo nos dejó la hemos usado tanto que la hemos desgastado. No porque haya perdido su valor, sino porque la hemos convertido, posiblemente, en rutina. Conviene a nuestra fe que no sea así. En ella se reflejan aspectos muy importantes en la vida de los discípulos. La filiación divina, la fraternidad de los creyentes, la misericordia como don y como tarea, la providencia divina y la esperanza humana, y, como consecuencia un nuevo reino de paz, justicia y amor… Ese que tan necesario se antoja en estos momentos…


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Lc 11,1-4

Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:

«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos».

Él les dijo:

«Cuando oréis, decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación”».

martes, 8 de octubre de 2024

Inquieta y preocupada...

 Martes de la XXVI Semana del T.O.

Da la impresión de que el Señor valora más la contemplación que la acción. Pero todos sabemos que las dos dimensiones son necesarias. A los agentes de pastoral nos encanta que se escuche la palabra de Dios, pero no nos gusta que la comida no esté en su sitio a su tiempo. Jesús interpela a Marta que la actividad la inquiete y la preocupe; es decir, que le quite el tiempo para el resto de dimensiones esenciales de la vida y de la fe. El tiempo al que dedicamos las cosas marca nuestra escala de prioridades.


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Lc 10,38-42

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.

Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra.

Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose, dijo:

«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano».

Respondiendo, le dijo el Señor:

«Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».

lunes, 7 de octubre de 2024

El que practicó la misericordia...

Nuestra Señora del Rosario 

Lunes de la XXVII semana del T.O.

Qué útil resulta a nuestra cabeza y a nuestra conciencia pensar que el prójimo es aquel que está cerca, que tiene un organigrama de ideas y valores similares a los nuestros y con quien compartimos hasta nuestra fe. Pero Dios nos recuerda que prójimo no es exactamente eso. Más bien se refiere al alejado de la vida de la fe, el que no solo no piensa como nosotros, sino que muchas veces es contrario a nuestras posiciones, pero que aun así busca y necesita encontrar.


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Lc 10,25-37

En aquel tiempo, se levantó un maestro de la ley y preguntó a Jesús para ponerlo a prueba:

«Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?».

Él le dijo:

«¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?».

Él respondió:

«"Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza" y con toda tu mente. Y "a tu prójimo como a ti mismo"».

Él le dijo:

«Has respondido correctamente. Haz esto y tendrás la vida».

Pero el maestro de la ley, queriendo justificarse, dijo a Jesús:

«¿Y quién es mi prójimo?».

Respondió Jesús diciendo:

«Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje llegó adonde estaba él y, al verlo, se compadeció, y acercándose, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y le dijo: "Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando vuelva". ¿Cuál de estos tres te parece que ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos?».

Él dijo:

«El que practicó la misericordia con él».

Jesús le dijo:

«Anda y haz tú lo mismo».

domingo, 6 de octubre de 2024

Como un niño...

 Domingo XXVII del T.O.

Es fácil acudir a este texto para justificar ciertas posiciones cristianas respecto a algunos asuntos actuales. Pero solemos dejar a un lado el apunte del Señor sobre la dureza del corazón humano, especialmente el de los fariseos, quienes atan la vida de los demás (especialmente la de las mujeres) y liberan de prejuicios las suyas. Frente a la dureza de los que dirigen la vida de los demás desde preceptos religiosos, Dios propone la disponibilidad del corazón de los niños. ¿Dónde te sitúas tú?


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Mc 10,2-16

En aquel tiempo, acercándose unos fariseos, preguntaban a Jesús para ponerlo a prueba:

«¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?».

Él les replicó:

«¿Qué os ha mandado Moisés?».

Contestaron:

«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».

Jesús les dijo:

«Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.

De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».

En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.

Él les dijo:

«Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».

Acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos los regañaban.

Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:

«Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él».

Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos.

viernes, 4 de octubre de 2024

¿Piensas escalar el cielo?

 San Francisco de Asís

Viernes de la XXVI Semana del T.O.

Tan duro es el escándalo como lo es el rechazo. Por eso el impresionante lamento de Jesús. El escándalo es un mal uso de la fe, el rechazo es la negación del Señor, pero no por ignorancia, sino por deshacerse de él y situarse por encima de todo. Cuando estás lleno de cosas o crees estarlo, Dios te sobra. Pero es él quien dota de sentido nuestra existencia. Por eso el abismo es el vacío, la sinrazón y el sinsentido.


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Lc 10,13-16

En aquel tiempo, dijo Jesús:

«¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Pues si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidos de sayal y sentados en la ceniza.

Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.

Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo.

Quien a vosotros escucha, a mí me escucha; quien a vosotros rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado».

miércoles, 2 de octubre de 2024

Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños...

 Santos Ángeles Custodios

Miércoles de la XXVI Semana del T.O.

No parece que se acerque el Reino de los cielos que Jesucristo iba anunciando por los caminos de una tierra que parece acercarse al abismo de la violencia, la agresión al inocente y la deshumanización más brutal. Atrás parecen quedar las palabras de atención especial a los más pequeños (11000 niños asesinados por Israel en Gaza desde el 7 de octubre), a los derechos humanos (ninguneados por todas las partes implicadas en el conflicto). Cuesta creer en el ser humano y en su capacidad para transformar la realidad a mejor. Que los Ángeles Custodios intercedan por la humanidad.


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Mt 18,1-5.10

En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:

«¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?».

Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo:

«En verdad os digo que, si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ese es el más grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como este en mi nombre me acoge a mí.

Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en los cielos el rostro de mi Padre celestial».

martes, 1 de octubre de 2024

Hacia otra aldea...

 Santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora

Martes de la XXVI Semana del T.O.

Dios ha decidido libremente ofrecerse a todos los hombres, con lo que ello significa. Pero aun así, algunos se niegan a aceptarlo. No por ello va a actuar con ira y rencor. Dios hace una propuesta al ser humano y este decide libremente aceptarla o no. Si no la acepta Dios continúa su camino hacia otra aldea, hacia otro corazón.


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Lc 9,51-56

Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él.

Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén.

Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron:

«Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?».

Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea.