martes, 8 de octubre de 2024

Inquieta y preocupada...

 Martes de la XXVI Semana del T.O.

Da la impresión de que el Señor valora más la contemplación que la acción. Pero todos sabemos que las dos dimensiones son necesarias. A los agentes de pastoral nos encanta que se escuche la palabra de Dios, pero no nos gusta que la comida no esté en su sitio a su tiempo. Jesús interpela a Marta que la actividad la inquiete y la preocupe; es decir, que le quite el tiempo para el resto de dimensiones esenciales de la vida y de la fe. El tiempo al que dedicamos las cosas marca nuestra escala de prioridades.


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Lc 10,38-42

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.

Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra.

Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose, dijo:

«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano».

Respondiendo, le dijo el Señor:

«Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».

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