Vienes de la I Semana de Adviento
La acción de Dios en nuestras
vidas no es una imposición ajena a la libertad de respuesta del ser humano.
Dios no se impone ni anula la voluntad del hombre. Dios se muestra, se regala,
se dona; pero es necesaria la disposición libre del hombre de dejar a Dios
caminar a su lado. Es condición necesaria que cada uno de nosotros aceptemos la
propuesta regalo de Dios. Nos estamos preparando para recibirlo, para que se
haga presente en nuestra vida y camine a nuestro lado… Abramos nuestro corazón.
Mt 9,27-31
En aquel tiempo, dos ciegos
seguían a Jesús gritando: «Ten compasión de nosotros, hijo de David».
Al llegar a la casa se le
acercaron los ciegos y Jesús les dijo:
«¿Creéis que puedo hacerlo?».
Contestaron:
«Sí, Señor».
Entonces les tocó los ojos,
diciendo:
«Que os suceda conforme a vuestra
fe».
Y se les abrieron los ojos. Jesús
les ordenó severamente: «¡Cuidado con que lo sepa alguien!».
Pero ellos, al salir, hablaron de
él por toda la comarca.
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