Martes de la II Semana de Adviento
Avanzamos en el camino del
Adviento sabiendo de primera mano que Dios no abandona nunca a sus hijos. Que
por muchas que parezcan las dificultades, Dios sigue estando ahí. No quiere que
se pierda uno solo de estos pequeños. La voluntad de Dios es que todos se acerquen,
que formen una familia. Puede que nosotros nos hayamos alejado, o que seamos obstáculo
para que los alejados se acerquen. Reflexionemos y allanemos este camino para
nosotros y para los alejados.
Mt 18,12-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
«¿Qué os parece? Suponed que un
hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en
los montes y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, en verdad os digo
que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían
extraviado.
Igualmente, no es voluntad de
vuestro Padre que está en el cielo que se pierda ni uno de estos pequeños».
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