martes, 6 de noviembre de 2018

Ellos se excusaron uno tras otro...

Mártires del siglo XX en España
¡Cuántas excusas encontramos para no atender a nuestro interior! A veces por miedo a encontrarnos con nuestra fragilidad. Otras veces porque nos cuesta discernir lo urgente de lo importante. Cuando silenciamos u olvidamos lo importante nuestra vida empieza a sufrir de una nueva enfermedad, el vacío interior.
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Lucas 14, 15-24
En aquel tiempo, uno de los comensales dijo a Jesús:
¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios!
Jesús le contestó:
Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente; a la hora del banquete mandó un criado a avisar a los convidados: Venid, que ya está preparado.
Pero ellos se excusaron uno tras otro.
El primero le dijo: "He comprado un campo y tengo que ir a verlo. Dispénsame, por favor".
Otro dijo: "He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Dispénsame, por favor".
Otro dijo: "Me acabo de casar y, naturalmente, no puedo ir".
El criado volvió a contárselo a su señor. Entonces el dueño de casa, indignado, dijo a su criado: "Sal aprisa a las plazas y calles de la ciudad y tráete aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos".
El criado dijo: "Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía queda sitio".
Entonces el señor dijo al criado:
"Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta que entren y se me llene mi casa.
Y os digo que ninguno de aquellos convidados probará mi banquete".

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