Con alegría hemos participado en el primer encuentro de celebrantes de la Palabra de este curso. Convocados por la Delegación Diocesana de Liturgia, hemos podido compartir inquietudes y esperanzas de la tarea que todos tenemos en la realidad concreta. Iniciamos la jornada compartiendo aquello que más nos une, la oración de toda la Iglesia.
Después Florentino Pérez nos hizo una radiografía de la pastoral en el ámbito rural. Una realidad compleja y, a veces, anodina que recibe la tentación del desánimo de parte de la sociedad y, en ocasiones, de los mismos agentes de pastoral. Sin embargo, la mirada al mundo rural presenta nuevas oportunidades y nuevos retos. Es posible renovarnos (convertirnos) y llevar a cabo una acción misionera si nos reconocemos inmersos en una misión que es de la Iglesia y que siente a Cristo como fuente, camino y culmen.
Al finalizar el encuentro fuimos invitados a nuevos retos. Las celebraciones penitenciales que ayudan a prepararnos para recibir el sacramento del perdón son una oportunidad que la liturgia presenta y que no estamos ejerciendo. Este nuevo planteamiento se nos acerca como un nuevo horizonte de participación y compromiso.
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