miércoles, 18 de septiembre de 2019

A la búsqueda de sentido...


El ser humano es un ser insatisfecho. Hagamos lo que hagamos necesitamos siempre algo más. Nos encantan los retos de ir a por algo más. Pero, cuidado, asistimos a una sociedad insatisfecha que pretende llevar sus propios vacíos con el consumo. Eso es precisamente lo que nos hace más insatisfechos. Nos deja vacíos. Lo que de verdad llena al hombre está en su interior.

Lc 7,31-35
En aquel tiempo, dijo el Señor:
-¿A quién se parecen los hombres de esta generación? ¿A quién los compararemos?
Se parecen a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros: «Tocamos la flauta y no bailáis, cantamos lamentaciones y no lloráis.»
Vino Juan el Bautista, que ni comía ni bebía, y dijisteis que tenía un demonio; viene el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: «Mirad qué comilón y qué borracho, amigo de recaudadores y pecadores».
Sin embargo, los discípulos de la Sabiduría le han dado la razón.

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