Cuánta actualidad tiene el
Evangelio de hoy. La historia de la humanidad se ha ido plagando de normas que
garanticen la convivencia, pues el hombre ha roto constantemente la armonía
inicial. Pero hemos puesto y nos hemos impuesto normas y más normas. Es curioso
que finalizado el siglo XX, el tiempo por excelencia para la defensa de las
libertades individuales, sigamos prisioneros y esclavos de nuestras propias
normas.
Lc 6,1-5
Un sábado, Jesús atravesaba un
sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas con las manos, se
comían el grano.
Unos fariseos les preguntaron:
-¿Por qué hacéis en sábado lo que
no está permitido?
Jesús les replicó:
-¿No habéis leído lo que hizo
David, cuando él y sus hombres sintieron hambre?
Entró en la casa de Dios, tomó
los panes presentados -que sólo pueden comer los sacerdotes-, comió él y les
dio a sus compañeros.
Y añadió:
-El Hijo del Hombre es señor del
sábado.
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