Las nuevas relaciones que
establece Jesús superan los criterios humanos. Si para nosotros la sangre es un
vínculo especial, para Jesús la fraternidad derivada de la filiación divina
supera los lazos de sangre. Ello no significa que pierdan relevancia los lazos
sanguíneos, sino que hay otros vínculos que pueden resultar más significativos.
Los lazos de la fe son también relevantes.
Lc 8,19-21
En aquel tiempo, vinieron a ver a
Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él.
Entonces le avisaron:
-Tu madre y tus hermanos están
fuera y quieren verte.
El les contestó:
-Mi madre y mis hermanos son
éstos: los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra.
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