sábado, 14 de septiembre de 2019

¿Viernes o Domingo?

La exaltación de la Santa Cruz
Es cierto que no es la fórmula que podríamos esperar para un Dios que salva. Todos podríamos esperar un Dios triunfante al estilo Hollywood. Pero no. No fue así. La voluntad de Dios es salvar a la humanidad entera por un gesto de amor conflictivo. Un gesto que para algunos es un escándalo, pues a los ojos de algunos humanos adoramos a un delincuente, un rebelde, un revolucionario, traidor al poder establecido. Para otros es un sinsentido. El Dios que salva no puede morir en una cruz. La cruz es un medio cargado de simbolismo para salvarnos. Pero la necedad, el sinsentido y el escándalo es quedarse en la cruz del viernes. La cruz es vacío sin el domingo.

Jn 3,13-17
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
-«Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.»

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