San Juan Bosco, Viernes de la III Semana del Tiempo Ordinario
Así es el Reino de Dios… las
semillas que caen en tierra buena van creciendo… Sin llamar la atención, sin
estruendos, sin grandes dosis de publicidad, sin… Los gestos auténticos, las
obras que de verdad importan, son obras del Reino, apenas se ven, pero están
ahí. Sus frutos no son inmediatos, pero son frutos auténticos. La vida de los
creyentes se mueve entre la acción callada, la humildad, la entrega generosa
por amor a Dios y a los hombres, y al final brotan los frutos.
Mc 4,26-34
En aquel tiempo, dijo Jesús a la
gente:
-«El reino de Dios se parece a un
hombre que echa simiente en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de
mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va
produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos, luego la espiga, después
el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la
siega.»
Dijo también:
-« ¿Con qué podemos comparar el
reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en
la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que
las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse
y anidar en ellas.»
Con muchas parábolas parecidas
les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con
parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.