domingo, 19 de enero de 2020

Y yo lo he visto...


II Domingo del Tiempo Ordinario
El cordero simboliza al animal con el que Abrahán y Dios sellan una alianza de lealtad. El mismo animal cuyo sacrificio garantiza el pacto por la libertad al salir de Egipto. Jesús es el cordero definitivo, la víctima del último y definitivo sacrificio.

Jn 1,29-34
En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
–«Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel.»
Y Juan dio testimonio diciendo:
–«He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo:
"Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo."
Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.»

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