viernes, 31 de julio de 2020

¿No es el hijo del carpintero?

San Ignacio de Loyola. Viernes de la XVII Semana del Tiempo Ordinario

Los contemporáneos de Jesús no son capaces de ver más allá de sus orígenes físicos. Han cerrado las puertas de su corazón para reconocer en él al Mesías enviado por Dios. Son muchos los que se niegan a abrir los ojos de la fe. Esta realidad se convierte también en una llamada de atención para nosotros hoy.

Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Mateo 13, 54-58

En aquel tiempo, Jesús fue a su ciudad y se puso a enseñar en su sinagoga.

La gente decía admirada:

«¿De dónde saca este esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No vivin aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?».

Y se escandalizaban a causa de él.

Jesús les dijo:

«Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta».

Y no hizo allí muchos milagros, por su falta de fe.


jueves, 30 de julio de 2020

Lo mismo sucederá...

Jueves de la XVII Semana del Tiempo Ordinario

En la vida del creyente no todo es blanco o negro. Peregrinos por este mundo vivimos en la tensión entre el bien y el mal. Vamos limando nuestro seguimiento del Señor a cada paso. Por eso el cuidado de nuestra fe es una tarea primordial. Para ello la oración, la escucha de la Palabra de Dios y la participación activa en la liturgia son medios indispensables.

Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Mateo 13, 47-53

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:

«El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.

Lo mismo sucederá al final de los tiempos: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno de fuego. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.

¿Habéis entendido todo esto?».

Ellos le responden:

«Sí».

Él les dijo:

«Pues bien, un escriba que se ha hecho discípulo del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo».

Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.


miércoles, 29 de julio de 2020

Si hubieras estado aquí...

Santa Marta. Miércoles de la XVII Semana del Tiempo Ordinario

El sentido pleno de nuestra vida no se asienta en los montones de dinero o bienes materiales que podemos atesorar con el paso del tiempo. En el fondo de nuestro corazón no añoramos lo material, sino la plenitud del ser. Y la resurrección es esa plenitud. Depositar nuestra fe y nuestra esperanza en el Señor Resucitado es la clave para encontrar ese verdadero sentido y ahora estamos en la encrucijada. Cuando parece que los principios y valores se desmoronan, la fe reconstruye.

Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Juan 11, 19-27

En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano.

Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús:

«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá».

Jesús le dijo:

«Tu hermano resucitará».

Marta respondió:

«Sé que resucitará en la resurrección en el último día».

Jesús le dice:

«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?».

Ella le contestó:

«Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».


martes, 28 de julio de 2020

El campo es el mundo...

Martes de la XVII Semana del Tiempo Ordinario

El camino hacia el Reino de Dios incluye un proceso de discernimiento en el que vamos deshaciéndonos de las obras del mal y va aflorando el bien. ¿Cuál es la medida de las cosas, de nuestras acciones y actitudes? El amor. Ese es el criterio para discernir el bien del mal.

Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Mateo 13, 36-43

En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle:

«Explícanos la parábola de la cizaña en el campo».

Él les contestó:

«El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles.

Lo mismo que se arranca la cizaña y se echa al fuego, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino todos los escándalos y a todos los que obran iniquidad, y los arrojarán al horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga».


lunes, 27 de julio de 2020

Cuando crece...

 Lunes de la XVII Semana del Tiempo Ordinario

En las parábolas que el Evangelio nos propone hoy se ve el contraste entre unos comienzos insignificantes y un final desbordante. La presencia del Reino de Dios en germinal en sus inicios, pero ya se ha adentrado en la historia y crece constantemente. Esta llamada a la constancia y a la esperanza son esenciales para los creyentes.

Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Mateo 13, 31-35

En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola al gentío:

«El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno toma y siembra en su campo; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un árbol hasta el punto de que vienen los pájaros del cielo a anidar en sus ramas».

Les dijo otra parábola:

«El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, hasta que todo fermenta». Jesús dijo todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les hablaba nada, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta:

«Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo».


domingo, 26 de julio de 2020

El tesoro escondido...


 XVII Domingo del Tiempo Ordinario
En la vida encontramos numerosos tesoros, pero no todos merecen la pena. A nuestras casas llegan las ofertas para consumir, pero ¿realmente hemos encontrado algo que merezca la pena tanto como para dejarlo todo y apostar exclusivamente por ello? La propuesta del Evangelio es completa, ¿sabremos discernir entre tanta oferta el campo que esconde el mayor tesoro?

Mateo 13, 44-52
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
«El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
El reino de los cielos se parece también a un comerciante de perlas finas, que al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.
El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.
Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
¿Habéis entendido todo esto?».
Ellos le contestaron:
«Sí».
Él les dijo:
«Pues bien, un escriba que se ha hecho discípulo del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo».


sábado, 25 de julio de 2020

Vuestro servidor...


 Santiago Apóstol. Sábado de la XVI Semana del Tiempo Ordinario
Los puestos de arriba, los del reconocimiento son entendidos entre los hombres como el triunfo al mérito del esfuerzo humano. Las responsabilidades, sin embargo, son entendidas por Dios de una manera nueva, son un servicio a los demás. Ese fue el papel de aquellos apóstoles que entendieron que la misión encomendada por el Señor requería de dedicar la vida entera a servir al Evangelio y a los hombres. El servicio en gratuidad a los demás los hizo grandes, porque Dios los recompensó.

Mateo 20, 20-28
En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición.
Él le preguntó:
¿«Qué deseas?».
Ella contestó:
«Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».
Pero Jesús replicó:
«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?».
Contestaron:
«Podemos».
Él les dijo:
«Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús les dijo:
«Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo.
Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».

viernes, 24 de julio de 2020

Cuídate...


 Viernes de la XVI Semana del Tiempo Ordinario
La fe es don y tarea. Regalo recibido, una gracia de Dios que se puede apagar si no recibe el cuidado necesario. Como la semilla que se planta, el don recibido necesita del cuidado necesario de nuestra parte.

Mateo 13, 18 23
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vosotros, pues, oíd lo que significa la parábola del sembrador: si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino.
Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que escucha la palabra y la acepta enseguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y en cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra, enseguida sucumbe.
Lo sembrado entre abrojos significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas ahogan la palabra y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende; ese da fruto y produce ciento o sesenta o treinta por uno».

jueves, 23 de julio de 2020

Charla Coloquio presentación del retablo mayo de San Cebrián de Castro

Tras la limpieza y restauración del Retablo Mayor de la Iglesia de San Cebrián de Castro, este viernes, 24 de julio a las 19:00h, se presentará a todos los que deseen asistir la obra finalizada. Para explicar a fondo y con detalle el retablo nos acompañará don José Ángel Rivera de las Heras, Delegado Diocesano para el Patrimonio y la Cultura. Os esperamos.


Seréis discípulos míos...


 Santa Brígida, patrona de Europa. Jueves de la XVI Semana del Tiempo Ordinario
El testimonio del creyente no es sobre sí mismo, sino sobre quien lo ha llamado a vivir una vida nueva. Por eso nos sentimos ligados íntimamente a Cristo. Nuestro fruto es abundante porque la vida que recibimos así lo hace. Ligados al Señor somos discípulos y testigos del Reino de Dios.

Juan 15, 1-8
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

miércoles, 22 de julio de 2020

¿A quién buscas?


Santa María Magdalena. Miércoles de la XVI Semana del Tiempo Ordinario
María Magdalena pasa del desconsuelo a la esperanza, del miedo a la libertad, del discipulado al testimonio. Estos cambios no son solo fruto del seguimiento del Señor, sino del encuentro con el resucitado en quien reconoce al Señor que da sentido a su vida.

Juan 20, 1. 11-18
El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:
«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».
Estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan:
«Mujer, ¿por qué lloras?».
Ella les contesta:
«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».
Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice:
«Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?».
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré».
Jesús le dice:
«¡María!».
Ella se vuelve y le dice:
«¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!».
Jesús le dice:
«No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero anda, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro”».
María la Magdalena fue y anunció a los discípulos:
«He visto al Señor y ha dicho esto».

martes, 21 de julio de 2020

Estos son...


Martes de la XVI Semana del Tiempo Ordinario
La nueva relación que Jesús establece con los hombres es la relación de Dios. He aquí la novedad. No se trata de filiaciones y relaciones a nuestro estilo. Este Dios que ahora se revela erompe los esquemas  de los hombres y se da a conocer tal cual es.

Mateo 12, 46-50
En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablar con él.
Uno se lo avisó:
«Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo».
Pero él contestó al que le avisaba:
«¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?»
Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo:
«Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre».

lunes, 20 de julio de 2020

Esta generación...


Lunes de la XVI Semana del Tiempo Ordinario
Somos muy dados a pedir signos, milagros, pruebas que confirmen nuestras sospechas. Y en tiempo de incertidumbre la tentación es mayor. Dudamos, pero no encajamos la duda como fruto de nuestra propia existencia. Dudar no es malo, es propio del ser humano. Pero por ello necesitamos y anhelamos recuperar la confianza, la que el Señor nos ofrece.

Mateo 12, 38-42
En aquel tiempo, algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús:
«Maestro, queremos ver un milagro tuyo».
Él les contestó:
«Esta generación perversa y adúltera exige una señal; pero no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.
Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón».

domingo, 19 de julio de 2020

Apareció también la cizaña...


XVI Domingo del Tiempo Ordinario
No todo es perfecto en la vida que construimos cada día. Ni siquiera en el ámbito de la fe todo es maravilloso siempre. Surgen dudas, dificultades, encrucijadas que pueden hacer que nuestra fe se debilite. En el camino está el trigo y la cizaña. En nuestras manos cultivar con cuidado y esmero la vida de fe.

Mateo 13, 24-30
En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente diciendo:
«El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras los hombres dormían, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo:
“Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?”
Él les dijo:
“Un enemigo lo ha hecho”.
Los criados le preguntaron:
“¿Quieres que vayamos a arrancarla?”
Pero él les respondió:
“No, que, al recoger la cizaña podéis arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero”».

sábado, 18 de julio de 2020

Muchos le siguieron...


Sábado de la XV Semana del Tiempo Ordinario
Jesús no ofrece resistencia a la actitud hostil de los fariseos. Se retira a la sinagoga  y se va al descampado con los que le siguen; ellos son la imagen de la pluralidad de las naciones a las que se dirige la misión, donde enviará a sus discípulos. Su actitud pacífica y su dedicación a los gentiles hacen que se cumpla en él la profecía del Siervo de Dios del profeta Isaías. Pero ¿y nuestra actitud?

Mateo 12, 14-21
En aquel tiempo, al salir de la sinagoga, los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús.
Pero Jesús se enteró, se marchó de allí, y muchos le siguieron.
Él los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran.
Así se cumplió lo dicho por medio del profeta Isaías:
«Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, en quien me complazco. Sobre él pondré mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. No porfiará, no gritará, nadie escuchará su voz por las calles.
La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no lo apagará, hasta llevar el derecho a la victoria; en su nombre esperarán las naciones».

viernes, 17 de julio de 2020

Mira tus discípulos...


Viernes de la XV Semana del Tiempo Ordinario
La ley de los hombres no puede estar para empobrecer al ser humano. Este debate que Jesús abre con los fariseos sigue vigente hoy. Las normas que hacemos se convierten, en muchas ocasiones, en nuestras propias cadenas. Coartan la libertad del hombre y sesgan el horizonte.

Mateo 12, 1-8
En aquel tiempo, atravesó Jesús en sábado un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas.
Los fariseos, al verlo, le dijeron:
«Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado».
Les replicó:
«¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes de la proposición, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes.
¿Y no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa?
Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo.
Si comprendierais lo que significa “quiero misericordia y no sacrificio”, no condenaríais a los inocentes. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado».

jueves, 16 de julio de 2020

Carga ligera...


Nuestra Señora del Carmen / Jueves de la XV Semana del Tiempo Ordinario
La cruz cansa, agota y agobia. Pero la cruz no es la meta, ni siquiera es el medio. Aunque sí fue la forma que el Señor asumió para ejecutar su plan salvífico. Esa cruz que todos llevamos encuentra su recompensa en el descanso en el seno del Señor.

Mateo 11, 28-30
En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

miércoles, 15 de julio de 2020

Así te ha parecido bien...


San Buenaventura. Miércoles de la XV Semana del Tiempo Ordinario
La sabiduría de los hombres no coincide siempre con la de Dios. Dios ha optado por la sabiduría de la humildad y la sencillez. Por el gesto pequeño que esconde la grandeza de Dios y del hombre. Pero nosotros ¿por qué sabiduría hemos optado?

Mateo 11, 25-27
En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».

martes, 14 de julio de 2020

¡Ay de ti...!


Martes de la XV Semana del Tiempo Ordinario
El lamento de Jesús sobre las ciudades a las que había dedicado mucho tiempo y gestos, es el lamento sobre las actitudes de sus contemporáneos que rechazan, de manera caprichosa, su mensaje. No es una actitud exclusiva de sus contemporáneos. Nosotros hoy tenemos también actitudes caprichosas en la fe; pero también nos encontramos con el rechazo en nuestra labor evangelizadora.

Mateo 11, 20-24
En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho la mayor parte de sus milagros, porque no se habían convertido:
«¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza.
Pues os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.
Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo.
Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy.
Pues os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti».

lunes, 13 de julio de 2020

El que os recibe a vosotros...


Lunes de la XV Semana del Tiempo Ordinario
La dificultad que se avecina para los tiempos de persecución exige de la primera comunidad que estén dispuestos, con el corazón alerta y la certeza de los vientos recios que soplan. En los momentos de dificultad es crucial la adhesión de fe. Solo el sustento de una fe firme hará posible sobrellevar la dificultad. El Señor no nos va a dejar. En nuestra vida de hoy también la fe firme en el Señor nos conducirán a una vida plena.

Mateo 10, 34 - 11, 1
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«No penséis que he venido a la tierra a sembrar paz: no he venido a sembrar paz, sino espada. He venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa.
El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no carga con su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará.
El que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, tendrá recompensa de justo.
El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños, solo porque es mi discípulo, en verdad os digo no perderá recompensa».
Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.

domingo, 12 de julio de 2020

El que tenga oídos...


XV Domingo del Tiempo Ordinario
Las parábolas de Jesús son escenas de la vida cotidiana de sus contemporáneos que encierran el mensaje del anuncio del Reino de Dios para que sea fácilmente entendido. Hoy el mensaje de las parábolas sigue teniendo vigor, aunque las imágenes utilizadas no lo parezcan. El mensaje del Reino sigue estando en vigor, porque ahora tenemos la certeza de que el camino hacia el Reino está iniciado y nosotros somos cooperadores. Cada uno sabemos dónde ha caído la semilla.

Mateo 13, 1-9
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y toda la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló muchas cosas en parábolas:
«Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda brotó enseguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.
Otra cayó entre abrojos, que crecieron y la ahogaron.
Otra cayó en tierra buena y dio fruto: una, ciento; otra, sesenta; otra, treinta.
El que tenga oídos, que oiga».

sábado, 11 de julio de 2020

¿Qué nos va a tocar?


San Benito, Abad. Sábado de la XIV Semana del Tiempo Ordinario
La pregunta de Pedro a Jesús es la que cualquiera de nosotros podría hacer hoy… ¿Qué sentido tiene sufrir por la causa del Señor? Nos cuesta ver más allá de la felicidad inmediata que nos propone esta sociedad de consumo y de amontonar. La propuesta del Señor es la plenitud del Ser.

Mateo 19, 27-29
En aquel tiempo, dijo Pedro a Jesús:
«Ya ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?».
Jesús les dijo:
«En verdad os digo: cuando llegue la renovación y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para juzgar a loas doce tribus de Israel.
Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o tierras, recibirá cien veces más u heredará la vida eterna».

viernes, 10 de julio de 2020

Mirad que yo os envío...


Viernes de la XIV Semana del Tiempo Ordinario
Las instrucciones de Jesús a sus discípulos se enmarcan en la experiencia de persecución que vivieron los primeros cristianos. No vivimos tiempos de persecución violenta en nuestra tierra. Ni siquiera atisbamos los gestos de rechazo en el entorno más próximo, lo cual no quiere decir que no se produzcan. Sin embargo, puede que veamos persecuciones donde no las hay. Así que las recomendaciones del Señor siguen vigentes hoy para nuestra vida. El camino del discípulo debe configurarse con el del Señor.

Mateo 10, 16-23
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«Mirad que yo os envío como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas.
Pero ¡cuidado con la gente!, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa, para dar testimonio ante ellos y ante los gentiles.
Cuando os entreguen, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en aquel momento se os sugerirá lo que tenéis que decir, porque no seréis vosotros los que habléis sino que el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.
El hermano entregará al hermano a la muerte, el padre al hijo; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán.
Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el final, se salvará. Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra.
En verdad os digo que no terminaréis con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del hombre».

jueves, 9 de julio de 2020

Dad gratis...


Jueves de la XIV Semana del Tiempo Ordinario
Los signos del Reino de Dios son sencillos, pero rotundos y nos muestran el verdadero rostro de Dios. Cercano a todos y sensible a los que más sufren. Así es el Dios de Jesucristo. Con gozo hemos recibido la fe, con alegría somos testigos de sus frutos.

Mateo 10, 7-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«ld y proclamad que ha llegado el reino de los cielos. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios.
Gratis habéis recibido, dad gratis.
No os procuréis en la faja oro, plata ni cobre; ni tampoco alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en una ciudad o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en una casa, saludadla con la paz; si la casa se lo merece, vuestra paz vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros.
Si alguno no os recibe o no os escucha vuestras palabras, al salir de su casa o de la ciudad, sacudid el polvo de los pies.
En verdad os digo que el día del juicio les será más llevadero a Sodoma y Gomorra que a aquella ciudad».