sábado, 25 de julio de 2020

Vuestro servidor...


 Santiago Apóstol. Sábado de la XVI Semana del Tiempo Ordinario
Los puestos de arriba, los del reconocimiento son entendidos entre los hombres como el triunfo al mérito del esfuerzo humano. Las responsabilidades, sin embargo, son entendidas por Dios de una manera nueva, son un servicio a los demás. Ese fue el papel de aquellos apóstoles que entendieron que la misión encomendada por el Señor requería de dedicar la vida entera a servir al Evangelio y a los hombres. El servicio en gratuidad a los demás los hizo grandes, porque Dios los recompensó.

Mateo 20, 20-28
En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición.
Él le preguntó:
¿«Qué deseas?».
Ella contestó:
«Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».
Pero Jesús replicó:
«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?».
Contestaron:
«Podemos».
Él les dijo:
«Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús les dijo:
«Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo.
Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».

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