Nuestra Señora del Pilar
Martes de la XXVIII Semana del Tiempo
Ordinario
En
lo sencillo, en lo pequeño, en la intimidad del encuentro con el Señor. En la
escucha de la Palabra y en la Oración, ahí es donde el discípulo hace grande su
corazón. Esa si que es una bienaventuranza: haber encontrado un tesoro en la
Palabra de Dios.
Lucas 11, 27-28
En
aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío
levantando la voz, le dijo:
«Bienaventurado
el vientre que te llevó y los pechos que te criaron».
Pero
él dijo:
«Mejor,
bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».
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