Martes de la XXIX Semana del Tiempo Ordinario
La espera activa supone estar siempre preparados y con la vela encendida. El cristiano no se siente a esperar la venida del Señor, lo hace de pie, trabajando de manera activa por el Reino y eso ya es hacerlo presente en medio del mundo.
Lucas 12, 35-38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.
Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y, acercándose, les irá sirviendo.
Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos».
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