Santa Teresa de Jesús
Viernes de la XXVIII Semana del Tiempo
Ordinario
La
sabiduría de verdad quedó escondida a los sabios de este mundo, a los que se
auparon a la cima del mundo y se instalaron sobre los demás. La sabiduría del
corazón, la del sentido de la vida es un don de Dios a los mansos y humildes, a
los que saben encontrar a Dios en lo pequeño y cotidiano. ¿Dónde la buscas tú?
Mateo 11, 25-30
En
aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te
doy gracias, Padre, Señor de cielo y de la tierra, porque has escondido estas
cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí,
Padre, así te ha parecido bien.
Todo
me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y
nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera
revelar.
Venid
a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo
sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y
encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi
carga ligera».
No hay comentarios:
Publicar un comentario