Jueves Santo
Frente
al sacerdocio entendido como casta de poder desde la antigüedad, el Jueves
Santo Jesucristo instituye el sacerdocio como servicio, como donación personal
y social a los pobres y excluidos siendo portadores del misterio de Dios. Y
dicha institución va ligada a la Eucaristía, como máxima expresión de la entrega
de Dios a los hombres y sello incondicional de la alianza entre Dios y los
hombres. No cabe otra forma de entender el sacerdocio que como ministerio del
servicio. Solo así Dios hace su tarea de dignificar a los destinatarios de su
misión.
Jn 13,1-15
Antes
de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de
este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los
amó hasta el extremo.
Estaban
cenando; ya el diablo había suscitado en el corazón de Judas, hijo de Simón
Iscariote, la intención de entregarlo; y Jesús, sabiendo que el Padre había
puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la
cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en
la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la
toalla que se había ceñido.
Llegó
a Simón Pedro, y este le dice:
«Señor,
¿lavarme los pies tú a mí?».
Jesús
le replicó:
«Lo
que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde».
Pedro
le dice:
«No
me lavarás los pies jamás».
Jesús
le contestó:
«Si
no te lavo, no tienes parte conmigo».
Simón
Pedro le dice:
«Señor,
no solo los pies, sino también las manos y la cabeza».
Jesús
le dice:
«Uno
que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está
limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos».
Porque
sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios».
Cuando
acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:
«¿Comprendéis
lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y
"el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el
Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a
otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros
también lo hagáis».
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