San José, esposo de la Virgen
Martes de la V Semana de Cuaresma
Es posible que entendamos
fácilmente la respuesta de José al embarazo de María. La mujer con la que se
ha comprometido para construir una vida juntos, resulta que está embarazada.
Ponte en su lugar. Solo la intervención de Dios transforma el corazón de José y
acaba volcándose en María y en el hijo que espera. Es fe. Es confianza en Dios.
Y José siempre aparece en segundo plano, pero siempre está ahí. Hombre sencillo
de fe inquebrantable.
Mt 1,16.18-21.24a
Jacob engendró a José, el esposo
de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
La generación de Jesucristo fue
de esta manera:
María, su madre, estaba desposada
con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra
del Espíritu Santo.
José, su esposo, como era justo y
no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado
esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
«José, hijo de David, no temas
acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu
Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a
su pueblo de sus pecados».
Cuando José se despertó, hizo lo
que le había mandado el ángel del Señor.
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