San Marcos
Jueves de la IV Semana de Pascua
Si
algo hicieron los evangelistas fue anunciar a los cuatro vientos y a toda la
historia el mensaje radicalmente novedoso del Dios Jesucristo, un Dios que se
define como amor y que así se ha dado a conocer en Jesucristo, muerto por
nosotros en la cruz, pero resucitado y, por lo tanto vencedor y signo de
esperanza y fraternidad para todas las generaciones. Acudir al evangelio es
acudir a la Palabra Viva de Dios a los hombres.
Mc 16,15-20
En
aquel tiempo, se apareció Jesús a los once y les dijo: «Id al mundo entero y
proclamad el Evangelio a toda la creación.
El
que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado.
A
los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre,
hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno
mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán
sanos». Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a
la derecha de Dios.
Ellos se fueron a predicar por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.
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