San Patricio, obispo
Martes de la II Semana de Cuaresma
Sed misericordiosos, perdonad, no
juzguéis, no condenéis, dad… Y así podrían extenderse más y más acciones que
habitualmente exigimos a los que nos rodean, a aquellos con quienes construimos
nuestra vida cotidiana. Pero ¿las practicamos nosotros? ¿Somos proactivos en el
perdón, en la generosidad? Seamos como Dios es. Actuemos con los demás como nos
gustaría que nos tratasen. Pero hagámoslo convencidos de que Dios nos hace
hermanos a todos. Cuaresma es fomentar las mismas actitudes de Dios.
Lc 6,36-38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
«Sed misericordiosos como vuestro
Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no
seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os
verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida
con que midiereis se os medirá a vosotros».
No hay comentarios:
Publicar un comentario